Preparemos la Navidad

advientoComienzo: El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico y empieza el 4º domingo anterior a Navidad.

Término: Adviento viene de adventus, venida, llegada, por tanto finaliza con el nacimiento de Jesús el 24 de diciembre.

Forma una unidad con la Navidad y la Epifanía. El Adviento es tiempo de espera para el nacimiento de Dios en el mundo.

Es recordar a Cristo que nació en Belén y que vendrá nuevamente como Rey al final de los tiempos.

Es un tiempo de cambio y de oración para comprometernos con Cristo y esperarlo con alegría.

Es el tiempo dedicado a preparar el camino hacia la Navidad .

Color: La Liturgia en este tiempo es el morado.

Sentido: El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.

Duración: 4 semanas

Partes: Se puede hablar de dos partes del Adviento:

a) Es la que va desde el primer domingo hasta el 3º domingo de Adviento. Durante todo este tiempo, lejos aún de la preparación de la Navidad, las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: la venida salvadora al final de los tiempos, la venida salvadora ahora, cada día, y la venida salvadora que tuvo lugar hace dos mil años. Estos tres aspectos se mezclan y son enfocados por las lecturas de los profetas y de los evangelios. Los primeros días del Adviento (hasta el miércoles de la segunda semana), el centro de interés de las lecturas está en unos textos tomados del profeta Isaías, leídos como primera lectura. Los oráculos de Isaías nos van guiando en la espera de la vida nueva de Dios que el Mesías viene a traer. Como complemento, el evangelio nos presenta un conjunto. A partir del jueves de la segunda semana, el personaje principal de las lecturas es Juan Bautista. Desde este día hasta el domingo 3º, se leen trozos del evangelio en los que aparece Juan Bautista o se habla del significado de su misión como precursor del Señor.

b) Al llegar el domingo 3º, cambia la escenografía del Adviento. Esta última semana se concentra en la preparación de la Navidad. Esta semana guarda una cierta semejanza con la Semana Santa que concluye la Cuaresma y conduce a la Pascua. Por eso algunos la han llamado “la semana santa que prepara la Navidad”. La liturgia invita a vivir estos días con mayor alegría, guiados por los personajes que vivieron tan de cerca el acontecimiento del nacimiento del Mesías: María, José, Zacarías, Isabel, etc.

Los cuatro domingos del Adviento son la columna vertebral que ayuda a la vivencia de este tiempo. El domingo sentimos de manera especial que lo que vivimos a diario entra en contacto personal y comunitario con el Señor. Hay toda una pedagogía para vivir el tiempo del Adviento desarrollada progresivamente a lo largo de los cuatro domingos: el primer domingo se centra la atención sobre todo en la venida gloriosa del Señor al final de la historia para llevar a cabo la consumación de su Reino. El segundo y tercer domingos, el interés se centra el Juan el Bautista y nos apremian a preparar el camino del Señor, a estar atentos a su venida constante. El cuarto domingo se centra en la preparación de la fiesta ya muy cercana de la Navidad: María es la figura central, y su espera es el modelo y estímulo de nuestra espera. Ese itinerario está complementado por las primeras lecturas: en los tres primeros domingos, las primeras lecturas recogen las grandes esperanzas de Israel, y en el cuarto domingo también conducen junto con el evangelio a las promesas más directas del nacimiento del Hijo de Dios. Los salmos por su parte cantan la salvación del Dios que viene o son plegarias que piden su venida o su gracia renovadora. Las segundas lecturas, tomadas de las cartas de San pablo o demás cartas apostólicas, exhortan a vivir la venida del Señor.

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