Tiempo Pascual: Un Domingo de cincuenta días de duración y alegría

El Domingo de Pascua, que comienza con la Vigilia Pascual, es el día y domingo del Año Litúrgico más importante para todo cristiano, el Día del Señor por excelencia. Es el «primer día»: día en que se celebra la Nueva Creación. La Comunidad cristiana comienza ese domingo la pascual que dura hasta el Domingo de Pentecostés. Es un tiempo especial para conmemorar y celebrar solemnemente que Cristo vive en Dios y en medio de la Comunidad y que, desde el Padre, derrama e infunde el Aliento o Espíritu Santo.

Este tiempo es disfrutar del él, debemos de tener alegría y júbilo e intensidad, como si de un solo día se tratara, como si fuera un solo domingo solemne. El canto del “ALELUYA” debe de ser especial.

 Se distinguen tres periodos:

 * Octava de Pascua

 * Tiempo Pascual hasta la Ascensión

 * Tiempo Pascual después de la Ascensión

En este tiempo celebramos las fiestas más importantes de la Pascua y son la Ascensión del Señor y Pentecostés: 

La Ascensión del Señora los cuarenta días de Pascua, hoy pasada al domingo VII de Pascua. Celebramos el regreso de Jesús Resucitado a la Casa de su Padre. Así abre para todos nosotros el camino hacia el Padre Dios. Se confirma y manifiesta de manera solemne a Jesucristo como Señor del Universo. 

Pentecostés se celebra a los cincuenta días de Pascua, en el domingo VIII después de Resurrección. Es el colofón del ciclo pascua. Celebra la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Jesús no deja abandonados a los suyos. Al contrario: les envía los dones necesarios.

La liturgia celebra solemnemente la Fiesta de Pentecostés.

La Iglesia nace el día de Pentecostés.

La Iglesia prolonga durante cincuenta días el Tiempo Pascual, celebrando el acontecimiento de la resurrección de Jesucristo durante siete domingos –o más exactamente, celebrando siete veces el Domingo de Pascua–. A lo largo de los siete domingos y sus semanas correspondientes la Iglesia contempla el misterio de Cristo a la luz de la Pascua, reflexionando y recordando los distintos aspectos que este gran misterio, centro de la fe cristiana tiene.

Es el tiempo comprendido entre dos fiestas importantes: la resurrección de Cristo y la efusión del Espíritu Santo. Es tiempo de gran significación, en el que se celebra y conmemora de modo especial aquel acontecimiento salvífico.

A raíz de la reforma litúrgica realizada tras el Concilio Vaticano II se estableció la Cincuentena de Pascua, comprendiendo ocho domingos la misma: Los siete Domingos de Pascua y el Domingo de Pentecostés.

Pentecostés, es el domingo que concluye los cincuenta días del Tiempo Pascual. Los orígenes bíblicos de esta celebración se encuentra en la fiesta de Xabuot en la que los israelitas recuerdan la alianza del monte Sinaí. En tiempos de Jesús, éste día acudían en peregrinación a Jerusalén, para ofrecer al Señor las primicias –primeros granos y frutos– en el templo.

 Aquel día, estando los apóstoles en oración en el Cenáculo –estaba con ellos también la Virgen María y otros seguidores– recibieron el Espíritu de Cristo resucitado, que se manifestó como un fuerte viento y llamas de fuego, tantas como personas reunidas. Quedaron llenos del Espíritu

 Así, impulsados por el Espíritu, la Iglesia empezó a reunirse alrededor de Cristo resucitado, dando testimonio de Jesús muerto y resucitado, y anunciando su mensaje.        

La cincuentena pascual, que debe considerarse como una única solemnidad, debe siempre haber signos festivos en el altar y en la Iglesia (flores, luces, música). El cirio pascual debe encenderse a diario y vuelve el Gloria. Otra peculiaridad del tiempo pascual es que se suprimen las lecturas del Antiguo Testamento para hacernos saber que estamos en un tiempo nuevo, leemos Apocalipsis, Cartas de San Juan y San Pedro, Hechos de los Apóstoles.

 En este tiempo litúrgico celebramos más asiduamente los sacramentos y llevar la Eucaristía a los enfermos. 

Las vestiduras con las que se revisten los ministros de la Iglesia, en tiempo de Pascua son blancas a excepción del día de Pentecostés  que se utiliza el rojo

 

Vocalía de Formación.