Ramón Calderón pregona su amor a María
Vivencias cofrades tiene muchas, tantas que es imposible plasmarlas en un pregón. Sin embargo, Ramón Calderón supo condensarlas y fundirlas en una exaltación de amor a María Santísima de la Estrella. Refundador de la Hermandad allá por 1982, el trigésimo primer pregonero de la Estrella evocó aquellos tiempos de dificultad que fraguaron lo que hoy, más de tres décadas de después, es la Estrella. Aquellos primeros estatutos, las cocheras o las cuadrillas de costaleros con más entusiasmo que edad, fueron algunos de los momentos evocados.
Después también hubo un momento para quienes ya no están y tanto han dedicado a la Hermandad. En especial, D. José Melgares, que mucho tuvo que ver en la formación religiosa del pregonero y que, paralelamente, tanto influyó para la refundación de la cofradía. Recuerdos de un pregonero que quiso hacer de la parte central de su pregón un canto de Amor a María, y que, de ese Amor, nace ahora la vinculación con la Hermandad Misionera del Divino Maestro, cuya advocación mariana es el Amor.
Por último, Ramón Calderón mencionó a cada uno de los grupos que componen la Hermandad, y como con la aportación particular se logra el objetivo común y general. Un pregón que caló en los hermanos de la Estrella que llenaron un Teatro Darymelia donde en el escenario se apreciaba un cortejo en el que María Stma. de la Estrella camina con su servicio de paso. Y al lado del pregonero, faja y costal, como símbolo de su labor costalera bajo Jesús de la Piedad desde su primera salida procesional.
Tras el pregonero, la Agrupación Musical Ntro. Padre Jesús de la Piedad interpretó varias marchas y su presidente, José Manuel Gómez, anunció su próxima marcha por motivos laborales, lo que provocó momentos muy emotivos entre los componentes.
